Entre los riesgos empresariales se encuentra sin duda el de la corrupción hacia el público o entre particulares.
Desafortunadamente, este es un fenómeno generalizado que debe contrarrestarse y prevenirse para eliminar el daño que causa. Dado que en Italia ya existía el Decreto Legislativo 231 de 2001, surgió la necesidad a nivel internacional de contar con un instrumento técnico-normativo para combatir la corrupción. Por tanto, ISO ha desarrollado una norma de prevención de la corrupción, ISO 37001, que especifica las medidas, controles, formación, procedimientos, seguimiento de proveedores y todo lo que sea adecuado para prevenir el riesgo de corrupción.